La fuerza está en la unidad y en la construcción colectiva

Compañeras y compañeros, este Primero de Mayo es una fecha dedicada a la lucha, la movilización y el reclamo de derechos. Este Día de las y los Trabajadores nos encontrará como siempre, en la calle, resistiendo a un contexto adverso. De una sociedad uruguaya signada por el crecimiento de la pobreza, afectando principalmente a niños, niñas y mujeres.
Durante dos años consecutivos, las y los trabajadores percibimos una rebaja salarial que lo notan nuestros menguados bolsillos.
Este empobrecimiento de la población obedece principalmente a la adopción de políticas que priorizan lo fiscal por sobre las urgencias de la gente. Tenemos más personas en situación de calle y más niños y niñas que deben recurrir a refugios por no tener donde vivir. Hay ollas populares que siguen vivas porque hay familias que no pueden dar respuesta a sus necesidades básicas de alimentación.
A quienes gobiernan el país les hace falta empatía y sensibilidad por quienes la están pasando mal. Demandamos acciones que se traduzcan en medidas concretas que contribuyan al bienestar de la sociedad. Las y los trabajadores siguen teniendo problemas de acceso a la vivienda; nuestros hijos e hijas no tienen la posibilidad de recibir una educación pública de calidad, por la no creación de grupos, menos horas docentes, falta de obras para infraestructura y un recorte generalizado del presupuesto educativo.
A todo esto se suma políticas estatales de persecución sindical y de restricción a las libertades.
Las y los trabajadores seguimos demandando acciones concretas en temas de suma preocupación. Debemos generar una cultura en prevención en violencia de género que vaya acompañada por la utilización de las herramientas que permitan los cambios y con un presupuesto adecuado. En el horizonte cercano, tenemos por delante la defensa de la seguridad social, para que siga siendo solidaria y no atente contra los trabajadores y trabajadoras al momento de su retiro.
Se hace necesaria la adopción de políticas de salud mental a nivel de la sociedad toda y también en la Universidad de la República.
En cuanto a trabajadoras y trabajadores de la Udelar, reclamamos que las autoridades universitarias participen de instancias de negociación colectiva de buena fé; den respuesta a temáticas de salud laboral; incluir al funcionariado en sus propuestas que afecten sus carreras funcionariales y condiciones laborales. No toleraremos prácticas de acoso y discriminación en ningún espacio en la Universidad de la República. La institución debe profundizar sus políticas de cuidados y recreación dirigida a trabajadores y estudiantes.
Hoy, como ayer, la fuerza de la clase trabajadora está en la unidad y en la construcción colectiva para no perder derechos y avanzar hacia una sociedad solidaria, en igualdad de oportunidades y equitativa.

Mesa Ejecutiva de AFFUR