Los pueblos en las calles marcan el camino

Hace casi dos semana que masivas movilizaciones y protestas han revolucionado las ciudades de EE.UU. como respuesta popular masiva al asesinato de Georde Floyd por la policía de Mineapolis.

Este nuevo asesinato racista fue grabado y denunciado públicamente, y es la ratificación la confirmación que el Estado yanqui y su policía son esencialmente racistas. Cuatro de cada diez muertos a manos de la policía son de ciudadanos negros desarmados en EE.UU. (Washington Post). “… la incidencia de gatillo fácil entre las minorías raciales, dado que representan menos del 25% del total de la población, es cuatro veces más por habitante que la de los blancos. Evidentemente si eres pobre tu vida está en peligro; pero si eres pobre y negro o hispano tu vida esta cuatro veces más en riesgo.” (elpais.com.ar)
Solo un policía está siendo enjuiciado pese de que hay amplias pruebas de que son varios los implicados en este asesinato. En los últimos años han sido varios los casos de gatillo fácil contra ciudadanos afroestadounidenses que han quedado impunes, esto lleva a la desconfianza con el proceso judicial es generalizada pues la legislación represiva presume la inocencia de la policía aun cuando hay pruebas contundentes del asesinato.
Ejemplo de ello son los policías que siguen ejerciendo como tales luego de ahorcar con sus manos a un detenido o de acribillarle, pues en los juzgados no se logra demostrar que el policía agresor tenia la intención expresa de asesinar al ciudadano detenido.

#NoalaLUC
Llamamos especialmente la atención sobre este punto pues en nuestro país el primer articulo de la LUC cambia la redacción del Código Penal para reconvertir la figura de la “legitima defensa” estableciendo expresamente que se presume que policías y militares hacen uso de este derecho en ejercicio de sus funciones, hasta que se demuestre lo contrario.
Esta modificación busca blindar los excesos policiales, el gatillo fácil, que además viene incrementándose en cantidad de casos. “Entre 2014 y julio de 2019 la Policía uruguaya mató a 67 personas. Los casos de este período se concentran fundamentalmente en la periferia de Montevideo y parte de Canelones. La edad de los fallecidos se agrupa en la franja de entre 15 y 24 años (43 personas), seguido por el sector etario de entre 25 y 39 años (20 personas).” (Subrayado)
Es claro que en Uruguay la represión también se concentra sobre los marginados, en las zonas más vulnerables y especialmente sobre los jóvenes.

Las consignas de esta pueblada en EE.UU. marcan tendencia, primero fue #BlackLivesMatter (las vidas de los negros importan), luego #NoJusticeNoPeace (sin justicia no habrá paz) y ahora gana fuerza #DefundPolice (desfinancien la policía). Hasta en las consignas empalman las expectativas y experiencias de los pueblos, pues el planteo de transferir recursos de la policía a servicios públicos y políticas sociales, ha sido en nuestro país una constante en las últimas luchas presupuestales debido a que los sucesivos gobiernos han drenado recursos públicos del gasto social al represivo.